Todo indica que será en el último peldaño: La Suprema Corte, de cuya Presidencia se despide el día último del mes Arturo Zaldívar, quien pasaría a ser ministro hasta terminar su tiempo en el cargo de magistrado. Serían él y sus compañeros magistrados quienes, al final, dejen al Presidente Andrés Manuel salirse con la suya o frenarlo.
Lo anterior escribiría un pasaje histórico en la historia electoral del País. La otra parte, la del Senado con Monreal, resultó foul, pues de lo sucedido ayer se colige que Monreal no tendría los “pantalones” para ser el hombre de Patria que se necesita para frenar lo que el Presidente desea.
En la minuta que la comisión de gobernación autorizó, en comisiones, prevalecen los dictámenes y propuestas que pretenden debilitar al INE, restándole facultades y capacidades, lo que es claramente “inconstitucional”.
Otro aspecto de esos cambios que tiene que ver con los Organismos Públicos Locales Electorales, es también inconstitucional por la invasión de esferas.
Esa decisión de quitarle “dientes” al árbitro electoral deja ver que lo que quieren es que no se puedan aplicar sanciones a los partidos por violaciones de ley y que no les puedan quitar candidaturas.
Otro “detallito” que deja ir Monreal, es la decisión del presidente para hacer campañas de difusión gubernamental sin restricción alguna en tiempos electorales. O sea, continuaría la mañanera en los tiempos de la elección.
Las modificaciones que se le hicieron al documento, son buenas, aunque menores, si se dejan las más corrosivas. El paquete revisado y corregido en el senado, involucra seis diferentes leyes, y se enfocan en el sistema electoral, los derechos de los partidos políticos, su registro y deja claro que “en ningún caso se podrá transferir o distribuir votación mediante convenio de coalición”. Son, reitero, buenas, pero insuficientes. Ni modo, esperábamos más de Ricardo Monreal.
¡Hasta mañana!