Vivir para trabajar, o vivir (video)

Cada quien elige cómo vivir.

La libertad es preciosa y la mejor forma de disfrutarla es cuando elegimos qué hacer con nuestro tiempo de vida. Esa elección empieza con sueños desde niños, que, generalmente son dichos de admiración a un uniforme o algo que nos llama la atención, como ser bombero o policía, etc., casi nunca se cumple, pero en la vocacional se tiene que decidir si estudias una carrera técnica o profesional o se integran al negocio familiar o al oficio del padre, etc., la cuestión estriba en tomar la decisión correcta para cumplir el plan de vida que cada persona de trazar. Ambas cuestiones son un problema serio en países como el nuestro en donde el grueso de la sociedad no tiene opciones, y entran al círculo vicioso del que es muy difícil salir. Aún así, unos y otros, con o sin estudios deben encontrar un equilibrio en el desarrollo del tiempo; esa balanza le llevará a vivir para trabajar o a vivir para trabajar y disfrutar de lo maravilloso que es vivir. La vida es un milagro y es finita, por lo que se debe aprovechar para vivir al máximo posible. A menos que sea de una familia muy adinerada, hay que trabajar, pero el detalle es saber qué y cuánto para dejar espacio cada día para hacer lo que nos gusta, motiva o nos hace felices. Cargar la vida con deudas para tener muchas cosas propiciará que tengas que trabajar para estar pagando todas las facturas, así que dentro del plan debe estar las cosas que quieres y puedes tener, de lo contrario se irá el tiempo de tu vida en mas trabajo en lugar de espacios para ti o tu familia, y te convertirás en padre proveedor que sólo ve a su familia al salir muy temprano y por la noche al llegar, con el riesgo de que los niños estén dormidos tanto en la mañana como en la noche. Y los problemas de pareja serán inevitables aunque logres tener todo lo que quisiste comprar con el tiempo de tu vida que usarás para ganar ese dinero que pagas por todo lo adquirido. Los divorcios son ejemplos claros, en muchas ocasiones de esa toma de decisiones. Recuerda: nada se compra con dinero, a menos que vengas, como dijimos antes de una familia adinerada, porque el dinero sólo es el instrumento, pero en realidad pagas con el tiempo de tu vida utilizado para ganarlo. Cada quien decide cómo gastar su vida. Eso es libertad. Pero cuidado con caer en garras del mercado, o de la mercadotecnia que te hacen crearte necesidades que no tienes

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