A seis meses de la masacre ocurrida en el poblado de Cerocahui, municipio de Urique, donde un joven beisbolista, un guía de turistas y dos sacerdotes jesuitas perdieron la vida, el Secretario General de Gobierno, César Jáuregui Moreno declaró que José Noriel Portillo Gil, arias “El Chueco”, es un objetivo que la autoridad no claudicará en capturar.
Jáuregui aseguró que las investigaciones van en la ruta correcta y que el asunto sigue siendo un punto que forma parte en las reuniones de la Mesa Estatal de Seguridad, con lo que aseguró, pronto habrá resultados.
“Pronto va a haber resultados; ese objetivo el Gobierno del Estado no va a descansar hasta dar con él y se va a hacer justicia”, comentó.
Hoy, organizaciones civiles, la comunidad Jesuita y figuras públicas firmaron un desplegado en el que de nueva cuenta llaman a las autoridades a presentar avances concretos en la investigación; salvaguardar los pueblos y comunidades de la región serrana; desintegrar las redes criminales que controlan la zona y demandan la captura inmediata de”El Chueco”, a quien se le atribuyen los asesinatos.
“A la fecha, el caso sigue impune, la paz no llega y el miedo se sigue extendiendo entre la población de las comunidades de la región ante la falta de operación certera y una estrategia integral de seguridad que impida el regreso de las personas y los grupos generadores de violencia que se han apoderado del territorio”, se lee del comunicado.
Además, se señala que lo acontecido en Cerocahui es una muestra de lo que se vive en el país, pues de enero a octubre de este año se han registrado mil 710 asesinatos en Chihuahua y 26 mil 119 en el territorio nacional.
Fue el 20 de junio pasado cuando se informaba de un multihomicidio en Cerocahui, donde en primera instancia se informó del asesinato de los padres Javier Campos y Joaquín Mora, así como del guía de turistas, Pedro Palma.
Posteriormente, tras unos días de investigación se confirmó que dos hermanos fueron sometidos también por el líder criminal, por el que hoy se entregan hasta 5 millones de pesos.
De esos dos hermanos, uno pudo correr y se aisló para resguardarse, sin embargo, el segundo identificado com Paul Osvaldo Berrelleza Rábago fue ultimado también por “El Chueco”, cuyo cuerpo fue localizado meses después en avanzado estado de descomposición.