Hace tiempo que el Presidente tiene perdido el horizonte. El ponía la agenda, él manejaba bien desde el atril de la mañanera a su base, pero de un tiempo a la fecha se ha dedicado sólo al reniego y la denostación, sea por lo que ocurre, o por las personas que identifica como adversarios.
Fuera de los informes comprometidos desde hace tiempo y que son periódicos, él ya no aporta, sólo despotrica. Nadie se le escapa, ni los vecinos del norte, a los que orgulloso presumió: “Venció México en béisbol”.
Lo que sí de plano lo dejó mal parado fue cuando se aventó a decir qué México es más seguro que los Estados Unidos. En algo tiene razón, el turismo rompió récord este año pasado y pinta mejor este año que corre, pero de ahí a lo que dijo hay distancia en años luz.
Estamos en “consultas” con los dos vecinos del norte por maíz y la canola y el Presidente echándole gasolina a la lumbre.
Su desespero tiene que ver con los diarios análisis que le entregan. Sabe que van a la baja en materia de simpatía y respaldo social.
En un examen ambiguo, tramposo, con preguntas que pueden tener dos o más interpretaciones, saca diez el que tiene el examen.
Eso acaba de pasar en el examen del comité morenista para elegir 4 consejeros del INE, dos y dos, una será la Presidenta.