La regla de oro que se brincó el general

Nadie puede intervenir en la sucesión presidencial, ni antes, ni ahora.En el futuro no lo sé. Pero mi General Secretario ha estado recibiendo más pelotazos que el mono de feria por haberse inmiscuido en la sucesión presidencial. 

Le dieron la quinta estrella, pero el poder es canijo y ahora al frente de la Sedena se decantó por Adán y eso enfureció al Presidente que les ha dado todo y aún así se le salieron del huacal.

Todo empezó con Macedo de La Concha, cuando el Presidente Fox cometió el garrafal error de entregar la Procuraduría a un militar.

Fox, sin saberlo, pienso, rompió el equilibrio que existía entre mandos civiles y militares. Macedo de La Concha llegó e invadió con los militares la hoy FGR, luego Calderón los sacó a las calles y todo se fue al diablo. Militar que deja cuartel, nunca regresa…

Peña Nieto no pudo, no quiso, no lo vio, pero siguió igual o peor. Los militares consolidaron su presencia en las calles.

El candidato opositor hizo la firme promesa de regresarlos al cuartel, pero es claro que el empoderamiento del Ejército ya era irreversible, le sacarán todo, le vaciaron las arcas públicas, todo lo que les dio la gana y se quedaron con Seguridad Pública, además de Aduanas Fronterizas y de los puertos con todo y marina mercante.

Ahora construyen, tendrán línea aérea, ya operan negocios, el Tren Maya, Hoteles, etc., viajan como y cuando les da la gana.

El poder omnipotente del ejército asusta a todos, menos a la delincuencia organizada. Se acabó el mito del coco, ahora hasta los corretean y cachetean en público. 

Los del crimen organizado los leyeron bien y les conocen todas las debilidades. Fox lo rompió y entre todos los demás les entregaron el país. Los narcos organizados son los únicos que no les han entregado su poder, sólo pagan al que toca y siguen en ese juego perverso y corrupto en el que México puede perder todo, o ya lo perdió y no lo hemos registrado.

Generales, jefes, oficiales y tropa son los únicos que le pueden dar la vuelta a esta tragedia cuyo control está en muy pocas manos del Ejército.

Quizás ellos, los buenos militares y marinos nos puedan salvar.

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