Siempre distorsionada, escrita a modo para inventar héroes que no lo fueron. ¿Cómo esperar ciudadanos responsables con un sistema corrupto, desde su inicio y aderezado de traiciones históricas repetidas mil veces?
Con el sacrificio de José María Morelos, fusilado en diciembre de 1815, la lucha por la Independencia se estancó y se redujo a una resistencia aislada y dispersa, que recayó en el liderazgo de Vicente Guerrero, quién era secundado por Guadalupe Victoria, Nicolás Bravo, Pedro Moreno, Antonio Torres y el español Javier Mina, Antonia Nava y su esposo Nicolás Catalán, en diversas regiones del país.
Sin embargo, todo parecía perdido y muy lejos la ansiada independencia. Fue hasta 1821, tras seis años de escaramuzas y guerra de guerrillas, sin resultados, hasta que se fraguó la traición de Agustín de Iturbide, que se concretó la Independencia.
Los acontecimientos en Europa influyeron. Napoleón había invadido España y su hermano José recibía un premio. La resistencia española se refugió en la región de Cádiz y desde ahí a tratar de salvar su Patria y el Imperio.
Vino la Constitución de Cádiz y a los realistas de México no les agradó, de ahí se cree que surgió una conspiración “La Profesa” para convencer al Virrey de rescatar al expulsado Iturbide y reincorporarlo como General en Jefe del ejército real.
Lo que hizo Iturbide fue lograr convencer a Guerrero, y este a los demás, de unirse para consumar la independencia más de cinco años después del sacrificio de Morelos.
Así, con el objetivo de no jurar la Constitución de Cádiz, pretendían independizarse de una España débil, pero le ofrecerían la corona al Rey derrotado por Napoleón, o a quién él les enviara de la realeza.
Así, en medio de traiciones, defendiendo intereses y conspiraciones nació el México que no encontraba, y sigue sin encontrar qué hacer para tener una dirección de largo plazo.
Nunca hemos tenido la oportunidad de un grupo de políticos que acuerden con apoyo de la ciudadanía un rumbo claro para nuestro país.
Todos por lo suyo y los ciudadanos ya no creen en nada ni en nadie. Lo más cerca que hemos estado de ser un país de verdad fue en la época del desarrollo estabilizador, pero llegó LEA y perdimos todo.
Luego la corrupción nos hundió y ahí andamos queriendo salir pero escarbamos hacia abajo y estamos boca abajo.