Francisco Javier Echeverría Migoni, político y comerciante mexicano, muy exitoso, de familia adinerada. Se desempeñó como presidente interino de México en 1841.
La nación enfrentaba una realidad caótica, con traiciones, asonadas y guerras intestinas por el poder, que entraba y salía un presidente cada corto tiempo. Ejemplo: de 1837 a 1839, Anastasio Bustamante, no termina y regresa Santa Anna en 1839; mismo año 1939, Nicolás Bravo y llega otra elección y gana Bustamante, quien esa vez aguanta hasta 1841; luego sale a enfrentar una rebelión y el congreso elige interino a Francisco Javier Echeverría, quien dura 18 días debido a que dos funcionarios del gabinete autorizaron importar mercancía de contrabando para auxiliar a las tropas que luchaban en la frontera.
El congreso lo invita a comparecer pero lo niega porque no sabía del contrabando, pero al enterarse, renuncia por su honor.
El país sin dinero, en sólo esos 18 días, ya le debían 662 mil pesos, que nunca le pagan. Deja el poder a Santa Anna; se retira a la vida privada.
Pero 9 años después regresó como diputado por Veracruz en los años 1850 y 1851. Francisco Javier Echeverría Migoni, fue altruista con las causas de los humildes hasta el final de sus días. En aquel México de los 40s del Siglo XIX, el desorden, la anarquía y la traición, eran el día a día.
La inestabilidad en el gobierno siguió: de 1841-1842 Antonio López de Santa Anna. 1842-1843 Nicolás Bravo. 1843 Antonio López de Santa Anna. 1843-1844 Valentín Canalizo y José Joaquín de Herrera. Luego en el año de 1846 el país tuvo tres presidentes: Mariano Paredes y Arrillaga, Nicolás Bravo y José Mariano Salas.
En el 1846 al 1847 Valentín Gómez Farías y ese mismo año, 1847 regresa Antonio López de Santa Anna.
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El agua que Chihuahua aporta no debe ni puede salir de las presas.
Lo entienden o, esta vez se los haremos entender…