Alrededor de 2.000 pingüinos de Magallanes muertos han llegado a la costa de Uruguay en los últimos diez días, dijeron las autoridades a la AFP el viernes, reconociendo que la causa de la muerte sigue sin estar clara.
Nueve de cada diez de las aves eran jóvenes que llegaron con el estómago vacío y sus reservas de grasa agotadas, dijo la jefa del Departamento de Fauna del Ministerio de Medio Ambiente, Carmen Leizagoyen, al medio de comunicación.
Los temores de que la muerte pudiera ser el resultado de la gripe aviar resultaron infundados, ya que ninguno de los animales dio positivo para el virus.
“Desde el viernes pasado todo tipo de animales muertos siguen apareciendo en las costas de Uruguay, desde Montevideo a Rocha, mucho más de cinco mil animales la mayoría pingüinos magallanes, pero también encontramos petreles, albatros, gaviotas, gaviotines, tortugas y lobos marinos”. dijo por su parte Rescate Fauna Marina SOS, quien demandó del ser humano un cambio drástico en nuestra forma de relacionarnos con la naturaleza. “El mensaje de nuestro Océano es bastante claro”, dijo.
La directora de la Conservación Antártica del Fondo Mundial para la Naturaleza WWF, Emily Grilly alertó que la pesca concentrada de krill en la Península, unida al cambio climático: “no solo está amenazando la vida de las ballenas, pingüinos y focas, sino también las eficaces funciones ecosistémicas”.
“No solo es la Antártida la que sufre, también es Uruguay junto a varios países que dejan pasar por alto la protección de la fauna y el cuidado del medio ambiente”.
Sin duda alguna, se debe tener un cambio urgente sobre ciertas normas, políticas y restricciones para la protección de la naturaleza, pues los animales hallados muertos en las costas de Uruguay nos dejan un mensaje bastante claro.
Si bien una muerte masiva similar tuvo lugar el año pasado en Brasil, las razones siguen sin estar claras, y el número de aves muertas está lejos de ser típico. “Es normal que algún porcentaje muera, pero no estos números“, dijo Leizagoyen.
Algunas ONG medioambientales culpan a la sobrepesca, señalando la condición de hambre de los pingüinos. Richard Tesoro, de la ONG Marine Wildlife Rescue, afirmó que el problema ha estado ocurriendo desde la década de 1990.
“El recurso está sobreexplotado“, dijo a la AFP, y agregó que había visto a petreles, albatros, leones marinos, tortugas marinas y gaviotas en la playa de la región de Maldonado, en Uruguay.
Además, un ciclón subtropical en el sureste de Brasil a principios de este mes puede haber acabado con las aves ya debilitadas.
Los pingüinos de Magallanes normalmente migran hacia el norte desde su territorio de anidación en el sur de Argentina, en busca de comida y agua más cálida.
Más de 300 pingüinos de Magallanes murieron en 2019 cuando una ola de calor extremo golpeó Punta Tombo, una de sus colonias de cría más grandes en la provincia argentina de Chubut. Las temperaturas subieron a 111,2 grados Fahrenheit (44 Celsius), dejando a muchas de las aves incapaces de llegar al mar a tiempo para enfriarse adecuadamente antes de morir de deshidratación.
Cientos de pequeños pingüinos azules llegaron a Nueva Zelanda el año pasado, con la muerte masiva atribuida al hambre, ya que los peces que normalmente comen se habían trasladado a aguas más profundas debido al calentamiento de las temperaturas. Mientras que algunos culparon de esto al cambio climático, otros respondieron que era parte de un ciclo natural.
Pingüinos Magallanes muertos en las costas de Uruguay. Imagen vía Instagram