Pobre México, ¡Qué Difícil!

Dr. Fernando A. Herrera M.

Qué difícil debe ser trabajar para alguien que sólo quiere oír lo que él piensa. Qué difícil leer a un personaje tan simple y complicado a la vez, por que igual dice una cosa y al día siguiente la desmiente y echa la culpa a quien tenga enfrente. Qué difícil ser parte de un gobierno que se dice transformador, pretendiendo ser suma con la Independencia, las Leyes de Reforma y La Revolución. Qué difícil trabajar con alguien cuyo único fin es pasar a la historia como Juárez, Madero o Tata Cárdenas, sin darse cuenta de lo que tiene que hacer para alcanzar esa estatura. Qué difícil trabajar con alguien que sólo ordena por la televisión cuando está al aire en sus mañaneras. 

Qué difícil entenderse con alguien que no entiende que no entiende. Qué difícil trabajar con alguien que sólo trabaja echando la culpa al pasado. Qué difícil ser funcionario que regañan y humillan en público. Qué difícil darle cuerda y decirle que todo está bien cuando todo está mal y cada vez peor. 

Qué difícil trabajar con un hombre que siempre tiene otros datos y que ignora la realidad por decisión propia. Qué difícil entender que su megalomanía tiene que contagiar a sus seguidores a los que define como el pueblo bueno. 

Qué difícil entender que el dinero ilegal para él son aportaciones y el de otros un flagrante delito electoral. Qué difícil es ser testigos de las decisiones de un hombre que no ve, no escucha y no quiere saber. 

Qué difícil entender que defienda a dictadores sin escrúpulos y ataque a otros que son nuestros socios, incómodos o no, pero socios y parte importante de nuestro progreso, hoy detenido por sus caprichos. Qué difícil entender que se preste a la Trata de Personas que es un delito penal en todo el mundo.

Qué difícil respaldar a candidatos de su movimiento acusados de recibir dinero del huachicol, como Américo Villarreal de Tamaulipas. Qué difícil para quienes votaron por él reconocer que se equivocaron, sus mentiras y falsas promesas no son suficientes; su incapacidad tampoco. Qué difícil para México tener un Presidente necio, ignorante, vengativo y obtuso. Qué difícil ha de ser seguirle la corriente a todos los que lo siguieron durante tantos años y ahora se nieguen a tragar la decepción.

Terquedades

Ebrard humillado públicamente; Tatiana también. Su casi hermano Julio expulsado en la ignominia; su fiscal suelto como chivo en cristalería. El resto de su gabinete con la cabeza gacha y metidos debajo del escritorio, rogando a Dios que no se acuerde de ellos.

La mamá del Chapo, una señora de edad que merece todo su respeto, y facilidades para obtener visados para la familia. Los miembros de bandas del crimen organizado a su libre decisión, sabedores de que nadie los persigue ni quiere apresarlos. El ejército huyendo con la enorme pena y humillación entre las piernas. 

La de regalo

Pobre México. Desde siempre esperando justicia, seguridad y empleo. Pobre México sin identidad y sin orgullo de pertenencia. Pobre México con 68 etnias que no hablan español. Pobre México con sus Universidades vilipendiadas por el propio Presidente. Pobre México sin médicos, y los que hay no le sirven. Pobre México repartiendo dinero en Centroamérica y ayudando a Cuba y no a los cubanos. Dios nos agarre confesados mientras nos vamos al carajo, a donde, desde Sonora nos mandó el Presidente.

¡¡¡ Salvemos a México, somos mayoría !!!

Andrés Manuel López Obrador, Presidente de México. Foto: Archivo Exprés

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