Bien decía mi abuela, al ponerme la pomada: ya le dije que no le ande buscando a las hormigas porque se le prende una del hocico.
!Se queman los frijoles!… Era el grito, entre las manos, haciendo casita, alrededor del agujero del hormiguero. A veces se prendía una del labio.
El plagio de tesis de Jazmín Esquivel, fue ese grito, pero las hormigas se colgaron en racimo de toda la parvada. Hasta confusión hubo. Xóchitl Gálvez, se tituló por experiencia, la ignorancia los llevó a creer que andaba con la bola gritando que se quemaban los frijoles, pero es diferente.
El que no sepa averigüe.
Claudia dijo, con la certeza de creerse impune, nosotros no plagiamos, nosotros no hacemos menos a los indígenas diciéndoles que no le gusta trabajar, pero al parecer olvidó que la hormiga seguía prendida en su labio adormecido por el ácido fórmico inyectado, que le afectó los recuerdos de sus tesis.
Olvidó que incurrió en las mismas travesuras que Jazmín y que ahora tendrá que llenar de amparos y silenciar a la UNAM para que su campaña sobreviva.
Si la cola no está corta, no puedes mostrar la lengua larga. Para lanzar un ataque tienes que saber que lo regresan.
Boomerang es lo que consigues cuando criticas al chueco siendo cojo.
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