Hernán Gómez Bruera (video)

Hernán Gómez Bruera es un periodista afín a AMLO, pero eso no lo detuvo para escribir y publicar un libro que denuncia al hermano, así reconocido, así presumido, por el propio López Obrador, respecto de Julio Scherer Ibarra.

Este hombre del demonio llegó a pagar la cuenta del infarto de 2013 de Andrés Manuel. La enorme cuenta del hospital, le ganó afecto y cariño de la esposa, hijos y de AMLO. 

Julito es el mayor de ocho hijos del periodista con reconocimiento y respeto dentro y fuera del país.

A su hijo no le importó ese prestigio ni el nombre de su padre, por el contrario, lucró con él en gobiernos de todos los colores.

En sus excesos, su padre se vio obligado a pedir perdón por él ante una larga lista de funcionarios, incluida una respuesta negativa para ayudarlo de Gil Díaz, de ahí el odio de Julito al hijo y el asunto de la empresa Oro Negro, que es una farsa de Scherer para despojarlo de sus bienes y enviarlo a la cárcel. 

Fox, Calderon y Peña Nieto fueron testigos de las humillaciones del gran periodista ante ellos, para salvar a su pillo Julito de la cárcel, incluso con Fox tuvo que arrodillarse.

Y en su encuentro con Martha Sahagún, ella le dijo: Lo que tiene que hacer uno por los hijos, ¿verdad?, en referencia a los ataques a sus hijos, los Bribiesca, en la revista Proceso.

Don Julio agachó la cabeza humillado. Ahí le dijo a Fox: ¿borrón y cuenta nueva? Fox aceptó. Julio Scherer Ibarra es un pillo de siete suelas que abusó de la confianza y se volvió archimillonario a costillas de estafas como la que hizo a Juan Collado, para venderle su empresa  libertad a un amigo al que le debía favores.

Junto a Collado, Alonso Ancira y Miguel González, perdieron dinero, pero Ancira, su empresa, su libertad y su prestigio.

Collado perdió su dinero, salud, honor y libertad. Miguel sólo dinero. 

Además protesto por el pésimo comportamiento de la justicia de Chihuahua en contra de César Duarte y su proceso.

La justicia debe acompañarse de humanidad y respeto a los derechos inalienables.

La ausencia de corazón ciega a los gobernantes.

Un simple recuerdo podría regresarle la vista y el corazón a Maru.

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