Los partidos harán que Xóchitl pierda la elección, y ella además poco se ayuda.
Los candidatos para el Congreso de la Unión, salvo pocas excepciones, son las cuotas de siempre entre los que están al mando de las organizaciones políticas que a través del tiempo llevaron a votar por Morena.
Es decir, si hacen lo mismo ¿Por qué se esperarían resultados diferentes?
Por otra parte, la economía de las elecciones está muy baja, porque los presidentes de los partidos no sueltan el dinero suficiente para las campañas políticas.
Los que creemos entender del tema sabemos que haciendo lo correcto se puede ganar, y se puede asegurar que en las cámaras pueden ajustarse los números para alcanzar una mayoría.
Pero, si se está haciendo lo de siempre, es casi seguro que se perderá la elección presidencial, y desafortunadamente, están también poniendo en riesgo el lograr la mayoría calificada en ambas cámaras.
El desastre de la alianza parece ser seguro. Incluso, si eventualmente ganara Xóchitl, no contarían con mayoría en el Congreso. Y todo esto de nada serviría.
Los presidentes de los partidos no entienden que con sus compromisos no ganarán el Congreso, por lo menos en mayoría simple.
La casi totalidad de los candidatos son impresentables, como ocurre también con los de Morena. Pero por loco que parezca, cuando se cambian a ese partido, AMLO los limpia.
Se los dijimos desde el principio: Si no hay candidatos de la sociedad civil, no hay esperanza.
Pero no les importa México. Les importa el fuero a los pocos que entrarán en una y otra cámara, por la larga cola que se cargan.
¡Ni modo!
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