FERNANDO MENDOZA J. / Exprés
Cada año, por octubre, espero con expectación conocer a los merecedores del Premio Nobel, sobre todo el de Literatura y el de la Paz. Espero acertar alguna vez, porque a la fecha no he tenido esa fortuna con mis candidatos.
He de decir que algunos ganadores los he visto con desgano o de plano he opinado que no lo merecen. Caso concreto el de Obama en 2009 cuando le dieron el Nobel de la Paz, solo por decir algunos frases correctas de lo que pensaba hacer… que por cierto no hizo. Bob Dylan es un caso para el estudio.
Además mis eternos candidatos al Nobel de Literatura nunca han figurado…
Pero a pesar de todo ello sigo con renovadas expectativas cada octubre esperando al fin que mi mala puntería termine por fin.
Octubre de 2023 llegó y me dejó una sorpresa. Otorgaron el Nobel de Literatura a Jon Fosse, un escritor noruego. Autor de obras de teatro, poeta y novelista, Fosse era un total desconocido para mí. Uno más de los galardonados que no conozco. Dejé pasar la noticia.
Después de unos días, vi a Fernando Bonete bastante alegre por el premio otorgado e invitando a leer a Fosse. Pensé que si Bonete lo recomendaba ampliamente, algo muy bueno debía tener el nuevo Nobel. Pero no había ningún lugar en esta patria chica que Dios eligió para mi nacimiento en donde pudiera encontrar algo del susodicho.
Por Navidad buscando el regalo para mi hija me encontré con Trilogía. No dudé. Un día antes de volar a Guadalajara comencé con la aventura.
Trilogía es muy original. Escrita sin puntos -le detecté una docena en la primera de tres partes y usados solo en un párrafo- es una avalancha de emociones encontradas y narradas al ritmo de una respiración pausada.
La forma de narrar la había leído en una obra de Saramago. Y sugerían que se leyera hablándola para encontrar el ritmo en las comas sin necesidad del uso de los puntos. Así que cuando podía, tomaba el libro y leía en voz alta a Jon Fosse. Fue un gran descubrimiento. Esa forma de escribir tan sencilla y de avance tan lento hace pausar la historia, para profundizar en los personajes, en los pasajes, en los escenarios, en el presente y en el futuro.
Trilogía narra la vida de dos adolescentes que van descubriendo en el amor el recorrido de su vida. Son solo dos adolescentes que se tienen que abrir y enfrentarse a un mundo nada fácil, que los desprecia y los acorrala.
El pasaje narrado por Fosse cuando los adolescentes van de un lugar a otro me recordaba en cada frase lo vivido por José y María mientras hacían el recorrido de Nazaret a Belén. Y se entrecruzan estas dos historias, porque los adolescentes también esperan un hijo.
Los cambios de tiempo en la historia son trazados con magnificencia, casi imperceptibles pero sabiamente colocados en tiempo y forma que uno como lector se deleita a un grado extremo.
Así, vamos y volvemos del origen al presente y del presente al origen, quedando hipnotizados por la narración de Fosse, en sus descripciones de las escenas, en los diálogos sencillos y lentos pero tremendamente profundos. Debajo de toda la historia, subyace una justicia extrema por los hechos acontecidos. No se hace nada sin que quede huella, sin que quede algo o alguien que exija la reparación del amor o del desamor o de la injusticia.
A la vez, los hechos narrados por Fosse nos demuestran una y otra vez cómo nuestra comunidad en ocasiones tiene una mirada despiadada o ve con desprecio aquello que no es lo ordinario y que le es diferente.
Trilogía es una luz para verse reflejado en su historia.
Creo que el Nobel de Literatura cayó en buenas manos. Fernando Bonete, a quien deben seguir en sus redes sociales, y mi siempre confiable Aceprensa atinaron con creces: Jon Fosse es un excelente escritor.
Es tiempo de refugiarse porque es enero, y los fines de semana de enero se disfrutan con el futbol americano y tazas y tazas de café. Nos leemos la próxima. ¡Hay vida!