En 2014 nos tocó la Reforma Electoral, en la que el actual Presidente, pidió cambios que logró que se incluyeran y que ahora no respeta.
Mataron a los estudiantes y tomó como bandera la solución del caso y el compromiso de hallar los cuerpos.
No ha dejado de inmiscuirse en los temas electorales que violan las leyes que él mismo impulsó.
Tampoco ha querido resolver el asunto, ya no legal, sino el de hallar los cuerpos de los estudiantes.
El grupo de padres de los jóvenes de Ayotzinapa le ha perdido, no solo la confianza, sino hasta el respeto.
Los órganos electorales podrían meterlo al orden pero les falta decisión y valor.
Es el presidente y eso se entiende.
Pero, ¿Qué no somos iguales ante la ley? Él mismo promovió quitar el fuero al presidente y lo hizo para evitar los abusos que está cometiendo.
¿Acaso nunca creyó que llegaría a ser presidente?
¿Y luego?
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