Una sorpresa espera a Javier Corral.
Javier fue educado, si pudiera decirlo así, porque de valores no aprendió ninguno, bajo una estricta observancia del catolicismo.
Se dice que su abuela lo obligaba a entrar, desde la banqueta de la iglesia, de rodillas hasta los lugares que ocuparían adentro.
Esos falsos valores le valieron para entrar al PAN.
Su servilismo le dio la amistad de Don Luis Álvarez y de Don Luis Herrera, de quienes se aprovechó para dos de las posiciones que robó a quien había ganado la encuesta.
La traición es su característica. Incluyendo hasta a su compadre, el alcalde de Ciudad Juarez.
Hoy, ambos son enemigos, aunque desde fechas recientes militan juntos en Morena; uno es alcalde de Ciudad Juárez, el otro irá a la cárcel, aunque sueña con ser senador.
En los próximos días será dado a conocer un documento muy importante sobre lo que realmente pasó con el asesinato de la periodista Miroslava Breach.
Javier es un delincuente, y la “Bruja de Blancanieves” no lo ve, porque son iguales.
Ambos saben mentir sin mover un músculo del rostro.
Eso es de lo mejor que la gente le vio, en sentido negativo, a Claudia en el debate.
Y en Chihuahua, Javier engañó a muchos por un tiempo, pero ya no puede engañar a nadie nunca, salvo a sus iguales.
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