Dicen que los debates se ganan en el postdebate.
La molestia del presidente el martes en la mañanera fue tanta que no es de él, porque el día anterior, cuando la Mañanera fue en Mazatlán con motivo de ver el eclipse, dijo que el debate había estado bien, muy bien.
Al día siguiente amaneció enchilado.
Alguien le dijo todos los temas que Claudia no respondió, 17, entre ellos destaca que no defendió a sus hijos y se limitó a decir: si tiene pruebas preséntelas en el MP.
Nada defendió del gobierno y el presidente que no le había dado el golpe al debate, pese a que lo vio, no había caído en cuenta que su corcholata no lo cuidó; no lo defendió. Tampoco a sus hijos y sobrinos.
A Claudia no le importó defenderlo. Al fin que ya no puede quitarla de candidata.
Es la primera señal de que ella hará lo mismo que los anteriores:
Un segundo después de tomar posesión, mandan un soldado a mostrar la salida al presidente saliente y lo mandan lejos, lejos, para siempre.
El postdebate lo va ganando Xóchitl.
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