El arte de ser humanos, de Rob Riemen

FERNANDO MENDOZA J / Exprés

En algún momento de mi larga vida académica apareció, sin saber ni cómo ni cuándo. Casi puedo asegurar que me lo presentó Teresita, quien cobraba las colegiaturas en los inicios de la Universidad Regional del Norte. No estoy seguro porque desde entonces ya han transcurrido más de dos décadas… o tres.

Manuel Asís era entonces un maestro que impartía clases de Administración. Serio y poco dado a hablar más allá de su clase. Se sentaba en la sala de maestros, al final de la mesa, y podía permanecer dos horas en silencio.

De vez en cuando cruzaba conversación con Manuel. Cuando lográbamos atravesar la barrera del silencio, ambos dialogábamos de muchos temas. Le interesaba la historia, la filosofía, la ética, la política, la espiritualidad… y era conocedor serio de todas estas disciplinas. Era perspicaz, tenaz y amplio en sus lecturas.

Luego dejó la URN. Me lo volví a encontrar cuando trabajé en el Colegio de Bachilleres. Llegaba al tercer piso del edificio donde estaba mi cubículo con media docena de libros bajo el brazo, y charlábamos de todos los temas.

A mediodía de un jueves de mucho calor, mientras se sacudía el sudor, dejó caer sobre mi escritorio un libro. “Te va a encantar”. Cuarenta y cinco minutos después de plática fascinante se levantó, nos despedimos y se fue.

Una semana después terminé de leer Para combatir esta era: consideraciones urgentes sobre el fascismo y el humanismo, escrito por Rob Riemen. Un extraordinario libro, que me dejó profundas reflexiones.

Vaya, Asís sabe escoger autores. 

De vuelta al presente, con un poco de pasado, mientras visitaba a mi hija en Guadalajara llegué a la librería Gandhi, y allí me aguardaba El arte de ser humanos, de Rob Riemen. Por supuesto no lo dudé, y aunque ya no estaba en el presupuesto, donde caben cuatro, debe haber espacio para cinco libros.

Debo prevenir. No deben comprar un ejemplar de este libro. Compren dos, por si prestan uno. De verdad, todo aquel que se precie de ser humano y busque ser “más humano” debe leer este texto imperdible.

El arte de ser humanos es una colección de cuatro ensayos de Riemen, holandés de nacimiento y ciudadano del mundo por su arte de comunicar. En los ensayos hay historia, anécdotas, paciencia, erudición y una profundidad en la reflexión digna de un gran ser humano. También hay espiritualidad.

Parte de la premisa de que “ser humano es un arte. No es ciencia. Si fuera una ciencia, tendríamos definiciones aceptadas, teorías confirmadas, respuestas unívocas, protocolos y manuales para la vida. Pero no lo tenemos”. De allí parte para subir por la escalera de la sabiduría.

El arte de ser humanos radica en la nobleza de espíritu. La única manera de salir de esta crisis social (en la que nos encontramos) es que los seres humanos… ¡vuelvan a ser humanos!

Riemen no se anda por las ramas. A partir de una reflexión en torno a las guerras, expresa: “Estoy convencida de que la segunda guerra mundial (Riemen las pone en mayúsculas, yo me niego, porque considero que ninguna guerra merece mayúsculas) será un punto de referencia hasta el fin de los tiempos: al menos, eso espero. Si no fuera así, es porque en algún momento habrá estallado la tercera”.

El autor holandés es claro. Debemos recordar siempre el horror de la segunda guerra mundial. Si lo olvidamos, comenzamos a dejar de ser humanos.

Critica a la ciencia, porque “al limitarse a los hechos, no tiene nada que aportar cuando nos hacemos las grandes preguntas de la vida”.

Riemen narra historia, historias y anécdotas de Thomas Mann, Wagner, Weber, Emilio Zolá, Husserl, Schiller, Kafka, Bulgákov… y nos lleva de la mano con todos ellos para descubrir que “somos todos iguales, somos todos humanos. La única diferencia importante es la que hay entre gente buena y gente mala”.

Al final,  El arte de ser humanos nos introduce a esa vida a la que nos llevan esos libros que en medio del caos y la ansiedad que nos circunda, nos trae paz, sosiego y esperanza. Pero no solo esa paz que cierra las ojos ante la injusticia, sino esa esperanza de que la humanidad aún puede ser llamada humanidad, que los seres humanos podemos ser más humanos.

Riemen me recordó a Manuel Asís, el amigo que cuidó a su madre y a su tía hasta el último parpadeo, y que me hizo leer a Riemen, éste que fue capaz de cerrar El arte de ser humanos con esta genial frase: “la vida es un misterio inescrutable que nos deja mudos mientras miramos las estrellas…”.

Ojalá podamos mirar las estrellas y que en ese mirar podamos descubrir la grandeza de la Creación y con ella nos acerquemos a los humanos para poner en práctica el arte de ser humanos.

No dejemos de votar. Nos leemos la próxima. ¡Hay vida!

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