Teología de la Liberación, de Gustavo Gutiérrez

FERNANDO MENDOZA J. / Exprés

Corrían los años 75 o 76 del siglo pasado. Chamaco yo, gustaba de salir con mis padres afuera de casa “para tomar el fresco”. Sacaba mi manta color naranja pardo, me enrollaba y a sentarme en la banqueta aquellas noches frescas de noviembre. De pronto se unían a la plática los vecinos, que eran pocos, o llegaba alguien de la familia.

Esa noche fue distinta. Llegó un señor que no distinguí a la primera. Vestía pantalón de mezclilla deslavada y una camiseta con un dibujo grande un tanto ancha. Saludó muy gustoso a mis padres y fue cuando lo conocí: el P. Francisco Chávez, bien conocido por el mote de Pancho.

Pancho Chávez había sido uno de los seminaristas que había tenido la experiencia en 1973 de haber vivido en una parroquia haciendo pastoral. Los seminaristas dormían en un salón junto al templo de la Rosario, se iban muy temprano al Seminario para desayunar y tomar las clases; allí comían y alrededor de las 3 pm volvían a la parroquia a hacer pastoral, cenaban en la comunidad y luego dormían…

La casa paterna está frente al templo, de tal manera que los seminaristas y padrecitos iban, entraban y salían a cada momento. Había mucho amistad de todos ellos con mis padres y con mis hermanos y conmigo, aunque yo era apenas un chamaco.

Ordenado sacerdote, Pancho Chávez fue a saludar a mis padres aquella noche fresca. En medio de la plática no sé por qué ni debido a qué fue la primera vez que escuché las palabras teología de la liberación. No entendí nada pero las palabras se me quedaron.

Haciendo mis pininos de reportero y gracias a mis maestros de periodismo práctico escuché de nuevo aquellas palabras de teología de la liberación. Eran los tiempos en que la Santa Sede publicó la Instrucción sobre algunos aspectos de la teología de la liberación. Entonces me compré el libro Teología de la Liberación de Gustavo Gutiérrez.

Mi inexperiencia en lides teológicas y mi desconocimientos de muchas aspectos de la catequesis me trajo como consecuencia que no entendiera nada en algunas 80 o 100 páginas que leí. Opté por dejarlo. El libro se escondió en varios libreros y fue de casa en casa mientras nos mudábamos de domicilio.

En una de las últimas cambiadas apareció. Fue hace como 17 años, más o menos. Lo volví a tomar y sin ser experto pero con mayor experiencia lo fui exprimiendo y sacando jugo. Lo disfruté mucho y aprendí más… pero no lo terminé. Ignoro porqué.

Ahora, que acaba de fallecer su autor Gustavo Gutiérrez lo busqué. No lo encontré después de media docena de intentos. Por eso acudí a la biblioteca y allí lo encontré.

El libro es considerado como el inicio oficial del movimiento eclesial de la teología de la liberación. Un movimiento teológico que comenzó en América Latina y que se extendió por todo el mundo, centrando la atención en la liberación integral de los pobres.

Gracias a la teología de la liberación se acuñó la frase de la opción preferencial de los pobres, que no se trata soloe de una frase de markenting sino el esfuerzo y el trabajo que se debe hacer para que el pobres sea el centro de la evangelización, buscando siempre la liberación de las ataduras que tienen tanto materiales como espirituales.

También gracias a la teología de la liberación es como se adoptó la metodología del ver-pensar-actuar que aún se toma como base para algunas nuevas metodologías pastorales dentro de la Iglesia. 

En concreto, Gustavo Gutiérrez inició una revolución teológica desde América Latina, poniendo como punto central la liberación integral de los pobres. Por sus obras fue incomprendido en su tiempo, orillado a un silencio que aceptó como parte del mismo proceso de aceptación de la teología de la liberación. Afirmó en su momento que la Santa Sede nunca trató de asilenciar a la teología de la liberación. Quizá como en todo movimiento novedoso, algunos se excedieron en sus posturas y estos excesos fueron la causa del silencio. Quizás. Lo cierto es que ya en el pontificado del Papa Benedicto XVI la obra de Gustavo Gutiérrez fue aceptada y con Papa Francisco, promovida.

Hay quien dice que Papa Francisco ha tomado mucho de la reflexión de Gustavo Gutiérrez para su esfuerzo renovador de la Iglesia, y que concluye con lo que se ha llamado teología del pueblo. Papa Francisco ha dicho hermosas palabras dirigidas a Gustavo.

Teología de la liberación es un libro que renovó no solo la Iglesia en América Latina sino la Iglesia entera. Habrá que en su un tercer por fin terminarlo.

Me disculpo con los Fer, mi hijo, la Fer y el Ethan, porque esta historia quería reservársela a las lecturas del viaje de su boda, pero se atravesó la muerte de esta gran teólogo. Será la próxima semana, si llegamos. ¡Hay vida!

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