La violencia en Sinaloa es reflejo de traiciones entre socios.
Nada une a los seres humanos más que el amor o la complicidad.
En el caso de Sinaloa, la traición a la complicidad es lo que tiene ensangrentado al estado.
Surgirán nuevos líderes que tienen tiempo trabajando, aunque nadie los ha visto, ni conoce o mencionado, pero son, incluso más importantes que los que guerrean ahora.
La mala fortuna del país es que será la única forma en que se podrá recuperar La Paz.
Alguien tiene que salir a poner orden…
Y no será el gobierno.
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