Todo parece indicar que los hoteles Casa Grande están en crisis de mando.
Y su reconocimiento ahora lo estén perdiendo por no planear adecuadamente sus eventos sociales y hasta su funcionamiento como fue antaño en que contaba con gran reconocimiento.
La gerencia pareciera que tiene una visión clara de hacer las cosas, junto con algunos empleados que buscan realizar lo mejor posible su trabajo, entre ellos el capitán, pero algo pasa con los mandos medios, porque no hay orden y todo se vuelve un caos.
Venden espacios que están comprometidos.
Las familias se ven ante hechos consumados y no tienen de otra más que aguantar el incumplimiento de los acuerdos.
¡Qué pena! Que hoteles que tenían antes tanto prestigio como el Casa Grande, estén cayendo en calidad ahora por una administración a distancia, que no define con claridad sus cadenas de mando, y que no haya respeto hacia una autoridad.
Pareciera que ahí hay una rebatinga para quedar bien con personas a distancia, que en realidad dividen y no ayudan, y olvidarse de los clientes.
Usted que me lee tenga cuidado al hacer tratos con esos hoteles.
Asegúrese de que la gerencia sea la que responda y no tome acuerdos con intermediarios, vendedores o mandos medios.
Se llevará desagradables sorpresas si se arriesga con esos empleados o mandos medios.
Tuvimos la fortuna de que una hora después de iniciado nuestro evento social se corrigieran los incumplimientos por intervención de la gerencia, pero los mandos medios no tuvieron la intención de arreglarlo nunca, incluso dijeron:
“No podemos dejar de vender y por eso se redujeron los espacios”.
¿Qué es eso?