Dr. Fernando A. Herrera
Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito” como Presidente del PRI ha sido el peor de la historia en muchos rubros, desde ser el mayor perdedor en elecciones, corrupto como gobernador en Campeche y depravado para asegurar lealtades. En las últimas semanas ha recibido las más severas críticas, y la exigencia de su renuncia, es público cómo se hizo de los órganos de control del PRI, aprovechando la pandemia y con asamblea en sigilo con olor a traición. De ahí las peticiones a que renuncie y dé paso a una nueva dirigencia, pero se han topado en piedra. Alito no oye, ni quiere ver su desorden tampoco escuchó el llamado de los expresidentes de su partido para dejar el cargo. Alito ríe de esos intentos de hacerlo entrar en razón, pero aún así, sumaron su esfuerzo los exgobernadores de Chihuahua: Fernando Baeza, Patricio Martínez y José Reyes Baeza, mediante un escrito, el cual voy a parafrasear, porque no es resumen ni puede atribuirse a ellos. Interpreto que le dicen a Alito que Ante los resultados en las elecciones de junio, y el análisis de múltiples expresiones de militantes, y en especial de los expresidentes con los que se reunió en la sede del Partido, a los que engañó y con burla envió a la Asamblea General para tratar sus asuntos en puntos generales. Se duelen de qué la bestia enseñe los dientes y de que con absurdos argumentos más falsos que su palabra, pretenda permanecer como jefe del PRI.
Los resultados en las elecciones hablan solos, por lo que resulta ocioso analizarlos, cuando con su verborrea, Alito intenta demostrar que avanza mientras los números duros enseñan el desastre. Alejandro Moreno olvida, a propósito, que los partidos son instituciones de interés público, que su existencia y actividad
son la única vía para elegir gobernantes. Alito es relativamente joven pero debiera saber que con todo lo negativo, que lo hay, y mucho, en el PRI, incluido él mismo, y que aunque algunos utilizan todo eso para denostar al PRI, nunca nadie podrá negar que el PRI surgió en un contexto histórico caótico para la sociedad mexicana, cansada, desangrada, con huérfanos y ansiosa de paz y tranquilidad, ante la revolución mexicana que fue fratricida y muy sangrienta por las traiciones, ambición y deslealtad de quienes se aferraban al poder. Alito debes, como todos, reconocer que sin las instituciones creadas por el PRI, se habría derramando, absurdamente, más y más sangre de mexicanos.
Así, de esa sangrienta revolución surgió el país que ha ido en paz a lo largo del siglo XX, en el que se han resuelto, con dificultades y fallas, enormes problemas de abuso laboral, rezago social y económico que se traían desde tiempos coloniales. Pero es digno recordar que México logró vivir épocas como la llamada “El Milagro Mexicano”, atribuible a la firmeza de las instituciones creadas por el PRI.
Entonces, sin regatear, reconozcamos que la mejor condición democrática que hoy vive el país es mérito de todos, sin soslayar la apertura mostrada por el mismo partido que se mantuvo en el poder por tantos años, que aceptó, e incluso auspició la transición democrática en paz y a la vista de un siglo XXI que marca, sin dudas, un rumbo más dinámico y participativo de los ciudadanos en los gobiernos.
Alejandro está obligado a preservar, con su renuncia, que los partidos sigan siendo de interés público y no de un evidente interés individual, como el que pretende Alito en la conducción del PRI.
En esta ultima etapa, se le exige un cambio para el que no vale ningún argumento procesal: Alito, aferrarte a flotar políticamente en los restos de este terrible naufragio, va contra todo interés de la nación, no sólo contra los miembros del PRI. El manejo familiar de candidaturas y muchas otras actitudes directivas dignas de la peor crítica, son ahora la causa de la terrible derrota que impidió conservar un mínimo de posiciones, y que, además, pretendes, con una vergonzosa numeralia justificarte para seguir en la Presidencia del PRI.
No Alito, eL país reclama una democracia creciente, y el régimen de partidos es la base de esa democracia y tu permanencia en el partido va contra el interés de todos los mexicanos y del propio partido.
Como campechano, nacido cerca del mar debieras saber que para reflotar un buque a pique, se requiere de un liderazgo limpio, sin mancha y para hacer alianzas, es necesario que los otros partidos lo acepten, y, para hacerlo, observan todo de su potencial aliado, incluido su prestigio, solidez y congruencia; condiciones que ya no cumples.
Y ahora, justo cuando esa alianza es un imperativo de supervivencia ante la triste condición de minoría en la que nos dejarías.
Esa vital supervivencia lo es también para el país y sus instituciones ante el ataque y amenaza sin precedentes que viven la política y los partidos de oposición. Hoy, más que nunca la oposición tiene que unirse para la permanencia de nuestra incipiente democracia.
Tu presencia en el partido no es sostenible frente al campo electoral donde la siembra es con credibilidad, confianza, liderazgo y arrastre; tu ya nos los tienes, y si los tuviste, igual deberías irte porque sabes que sólo así se puede aspirar a cosechar los votos que dan sentido al camino de un partido hacia posiciones de poder y autoridad, en la búsqueda de justicia social.
Es hora de la decisión correcta, renuncia, que te será más aplaudido ese gesto por la juventud y la población, o de lo contrario, persiste en seguir con tu propia agenda y campaña, sacrificando militancia y simpatizantes que no son tuyos, sino del PRI, para mayor vergüenza y derrotas.
Bien sabes Alito. que ahora junto a los demás partidos, unidos en la oposición es la única manera de salir avantes para un país ansioso de un faro de luz que lo guíe en la tormenta y bruma en que nos encontramos.
El mayor enemigo está en el abstencionismo. Lo aquí planteado, va al ataque de las causas del mismo. No hay alternativa.