El manejo de la pandemia fue cuasi genocida, o de plano genocida y sin piedad para nadie. La cantidad de muertes por covid es tan grande que no puede sostenerse con las explicaciones oficiales
Cinco olas de covid, en las que las muertes fueron disminuyendo, pero nunca por el sistema diseñado y aplicado por gobierno. Ellos explicaron, al principio que era una gripita, y hasta promovían los abrazos, y eso fue para evitar una reacción social de presión y exigencias que los exhibiera; incluso no promovían el uso del cubrebocas. En esa etapa todos los vulnerables murieron. Como cuando la naturaleza se depura a sí misma. Ni la curva se hizo plana ni hubo inmunidad de rebaño. Los matemáticos desaparecieron del escenario porque sus explicaciones nunca funcionaron y fallaron siempre. La ciencia no puede explicar con lógica los errores y la despiadada decisión para el manejo de la Endemia. El encierro o confinamiento fue más perjudicial en la economía que ayuda para evitar contagios y muertes. En la 2a ola empezó a reconocerse que no era gripita sino una epidemia y luego pandemia hasta llegar a la realidad de una endemia. Las vacunas se consiguieron con el presupuesto de todos y se aplicaron de una manera estructural por edades, cuando lo más prudente era hacer lo que se hace con las vacunas de manera histórica: ponerlas en todos los centros de salud a disposición abierta, y se podían respetar el sistema por edades. Ahora en la quinta ola, las muertes han caído drásticamente no así los contagios; es decir, la inmunidad esperada llegó y ya en el largo tiempo en que se aplicaron las vacunas, finalmente el sistema inmunológico natural respondió: inmunidad de rebaño. El costo ha sido muy alto para la población, no hay familia en el país que no haya aportado su cuota de muertos. Los hogares, todos, tienen luto. México tiene uno de los primeros lugares de muertes por covid. Millones de dosis caducaron por el sistema empleado. Si las hubieran puesto a disposición libre en todo el sistema qué hay, la vacunación se hubiera aplicado con mayor rapidez. Hay países que permitieron que centros de comercio, farmacias, etc., la aplicaran y sus resultados son menos muertes. En fin, la historia dará cuenta de la irresponsable manera en que el gobierno enfrentó esta Endemia. Nadie puede explicar con graficas el enorme número de personas sacrificadas por un pésimo e irresponsable manejo de la endemia. Los números maquillados asustan a todos; imagine si nos dicen los números reales, que quienes saben de estadística afirman que pasan del millón. Esta acción dirigida y concertada por el gobierno tiene el pendiente de rendir cuentas ante la sociedad. Se duda que salgan limpios del juicio de la historia y el de la sociedad misma. Y ahora, después de la limpia, como si un incendio forestal enorme depurara una zona del planeta, cuando ya fuimos objeto de una depuración y nuestro sistema de defensa natural ya responde, empiezan a llenarse de flores por el éxito alcanzado. Se vanaglorian de que cada día mueren menos y los hospitales están sólo al 18% de ocupación y un 5% de intubados. El daño está hecho y es irreversible. La ineficacia e ineficiencia del gobierno quedó demostrada a muy alto costo para todas las familias. Todo intento de justificar lo ocurrido es inútil, este gobierno erró en sus decisiones y los mexicanos aportamos los muertos. No hay nada que hacer, los familiares, amigos y vecinos ya están en el cementerio o en una urna de cenizas, y lo peor de todo es que ni siquiera pudimos llorar y cumplir con ellos con nuestra costumbre de hacer homenaje o velorio a nuestros muertos. Muchos ni siquiera los volvieron a ver después de ingresar a un hospital, otros los entregaron en su casa, ya muertos y no los volvieron a ver nunca, ni para sepultar menos para llorarlos. El juicio de la historia será implacable con las autoridades de salud y del gobierno todo, empezando por el propio Presidente. Apostar al olvido será un error más en la larga lista que se lleva de todos los cometidos.