- El presidente aparece junto con su esposa Olena Zelenska en la revista Vogue
“Los rostros del presidente de Ucrania y la primera dama lucen intactos. Las fotografías son prácticamente perfectas. La luz, la composición, la perspectiva. Y es de esperarse: la autora es Annie Leibovitz, la gran reina de la imagen.
“Si nadie supiera quiénes son, se pensaría que son un par de modelos más de la revista de moda más popular del mundo. Pero el rostro de Volodímir Zelenski es casi regla en cualquier plataforma desde el pasado 24 de febrero, cuando estalló el conflicto en Ucrania. TikTok, YouTube, Twitter, Instagram y los medios de Occidente. Todas las plataformas son ideales para quien ya está acostumbrado a las cámaras: el actor devenido en jefe de Estado”.
Así maneja la agencia rusa Sputnik la aparición del presidente ucraniano y su esposa en la revista norteamericana Vogue, ocupada regularmente a notas sociales o de la elite internacional, pero rara vez de temas políticos.
Las reacciones en el mundo han sido ambivalentes.
Expertos consultados por Sputnik dejan ver las dos caras de la moneda. Por un lado, hay quienes defienden la romantización de un conflicto complejo por naturaleza, con un contexto histórico difícil de entender a la primera escucha; aseguran que es una estrategia de comunicación válida para que los reflectores sigan puestos en Ucrania, donde el ejército ruso lleva a cabo una operación especial desde hace cinco meses. En cambio, hay quienes critican que se trata de una propaganda frívola que le falta el respeto a las víctimas del conflicto y que no obedece a una línea de comunicación ética de parte de Kiev.
“El conflicto en Ucrania ha sido sumamente mediatizado y muy manipulado también desde medios occidentales. Las fotografías de Zelenski y su esposa en un campo de batalla son una falta de respeto importante a todas las víctimas”, asegura Michelle Balderas, internacionalista del Grupo de Estudios Sobre Eurasia (GESE), un colectivo compuesto por académicos de instituciones prestigiadas de América Latina, como la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el Colegio de México (Colmex) y la Universidad Anáhuac.
“Al tiempo que la guerra de Ucrania entra en una nueva fase crucial, la primera dama del país, Olena Zelenska, se convierte en un actor clave: diplomática de primera línea y rostro del peaje emocional que está pagando su nación”, titula Vogue España desde su cuenta de Twitter.
Al tiempo que la guerra de Ucrania entra en una nueva fase crucial, la primera dama del país, Olena Zelenska, se convierte en un actor clave: diplomática de primera línea y rostro del peaje emocional que está pagando su nación.
La aparición de Zelenski y Zelenska en la revista Vogue no es una sorpresa, dice la experta. Desde el minuto uno en que se iniciaron las tensiones entre Kiev y Moscú, el presidente de Ucrania se ha encargado de mediatizar todo. Apenas llevaba unos días el conflicto cuando, recuerda, Zelenski se convirtió en toda una celebridad en TikTok. Al mismo tiempo, la narrativa de los medios occidentales apuntalaba el carácter de héroe solitario que defiende a su pueblo de amenazas externas.
“Es algo entendible si tomamos en cuenta sus orígenes. Antes de convertirse en presidente, Zelenski fue actor de series y telenovelas cómicas muy famosas en Ucrania. Parte de su campaña electoral se llevó a cabo cuando se realizaba la cuarta temporada de su serie [Servidor del pueblo]. Algunas cosas que ha llevado a cabo durante el conflicto forman parte del guion del personaje que representó en la televisión”, agrega la también experta del Centro de Relaciones Internacionales de la UNAM.
Desde su cuenta en Twitter, @spicy_drama reproduce una de las imágenes de la revista en donde apare ce la primera dama rodeada por soldados mujeres en el Aeropuerto Antonov en Hostomel con una frase irónica: “Es la guerra, pero ponto a la moda”.
¿Glamour o falta de ética?
Una parte del reportaje publicado en Vogue dice así: “En Ucrania, decenas de miles de mujeres han estado en el frente, incluso en combate, y el papel de Zelenska se ha ido orientando cada vez más hacia la diplomacia de primera línea”.
Enseguida, Olena Zelenska aparece en una imagen glamurosa, de estética sombría, entre las ruinas de lo que parecía ser un avión y acompañada de varias soldados mujeres ucranianas. Las militares miran imperturbables hacia diferentes direcciones, como las modelos que desfilan en las Semanas de la Moda. La primera dama, ataviada con un abrigo azul casi perfecto, hecho a la medida, y una melena aparentemente despeinada, mira hacia el horizonte en el aeropuerto Antonov de Hostómel.
“¿Hay un nivel más bajo de abstracción y reducción de un problemática que la portada en una revista de moda? El conflicto es mucho más repugnante y menos edulcorado que las imágenes de él y su esposa con el drama del conflicto como escenario”, cuestiona en la nota de Sputnink Fernanda Ramírez, comunicóloga y experta en solución de crisis políticas en América Latina.
Sin embargo, detrás de estas imágenes, asegura, hay una estrategia de comunicación bien pensada que va más allá de la banalización del conflicto. Aparecer en Vogue, dice, es una forma de mantener a Ucrania en la agenda de todos los medios y organismos internacionales. “El presidente [Zelenski] supo muy bien qué ganaba y qué perdía con la publicación”, observa la directora de la agencia Comunicación Spread.
El hecho de que Ucrania sea uno de los países más rezagados e infestados por prácticas corruptas también levantó críticas al protagonismo de Zelenski y su esposa en Vogue, una revista que, históricamente, ha estado dirigida a un público de alto poder adquisitivo cuyos intereses giran en torno a la moda, el estilo de vida, la belleza, el lujo y el arte más elitista.
“Vogue trae un sello de lujo muy claro, dirigido hacia cierto tipo de público, y por eso hubo quien tomó la publicación como una forma de sensibilización hacia el conflicto. Sin embargo, también existen posturas muy críticas que apuntaron a la banalización de una tragedia. En un contexto en el que estamos, de altísima polarización mundial, creo que es un evento que no será aceptado de forma consensuada”, asegura Claudio Flores Thomas, experto en comunicación por la Universidad Iberoamericana y expresidente de la Asociación Mexicana De Agencias de Inteligencia de Mercado y Opinión Pública (AMAI).