Hace tiempo que no llegan empresas nuevas a invertir en la Bolsa Mexicana de Valores (BMV). Lo anterior, tiene varias causas: Un gobierno que no promueve inversiones, y, por el contrario genera incertidumbre. Son dos causas muy importantes y generalmente aceptadas, pero en Mexico parece haber una más, que es una pugna entre dos empresas concesionadas para hacer las colocaciones, la propia BMV que compite indebidamente con la Bolsa Institucional de Valores (BIBA). Hasta hoy, el llamado momento de México, ha producido muy buenos resultados en la BMV. Ese término resulta de la fortaleza del peso y del buen manejo de las finanzas públicas del actual gobierno, de acuerdo a los análisis del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM), que han calificado a México como uno de los países que mejor está sorteando la crisis global, por la guerra en Ucrania y la Pandemia. Son números fríos, que tienen que ver con los aspectos cuantitativos, y nada que ver con los cualitativos. En estos últimos se involucra el manejo institucional de la pandemia y el número de muertos. Tampoco revisan cómo se utiliza el presupuesto, ni saben si hay o no medicinas en el sistema de salud, ni cuántas empresas quebraron, ni el retroceso de la economía, que nos tiene en niveles de 2015-16 y será largo el tiempo para recuperarnos, dejando el sexenio bien parado en números fríos aunque el país se haya retrasado, en lugar de lograr algún progreso. El hecho de no pedir prestado, de no aumentar impuestos y subsidiar los combustibles tampoco es analizado. Estamos, como país, bien calificados porque hacienda ha cuidado los recuerdos a costa de lo que sea y ha logrado cobrar más que nunca a los que debían impuestos. La fortaleza del peso está respaldada por ese vigor del país en manejo de finanzas. Pero tampoco se revisa en qué se utiliza el presupuesto, ni que calidad de vida tenemos los mexicanos. Además, hemos caído en déficit, al gastar un poco más de lo que hay, pero nada que preocupe a los organismos internacionales, al menos que se dispare ante la falta de fondos para sobre llevar los programas sociales y pagar las obras emblemáticas del gobierno. Regreso un poco al tema de la ausencia de nuevos inversionistas. Cuando fue inaugurada BIVA, la segunda Bolsa de Valores de México, a finales del sexenio anterior, se dijo que no sería competencia de la BMV, sino una desarrolladora de mercado, pero al paso del tiempo la dejaron brincar las trancas ahora compite deslealmente con la BMV. Esa competencia encarnizada, lleva a las dos empresas a dedicar su tiempo a piratear clientes, a tratar de atenderlos mejor, pero dejan de lado la conquista de nuevos inversionistas en nuestra Bolsa. Esa competencia entre Bolsas está prohibida en USA y Canadá, cada quien tiene su área de mercado y eso mantiene sano el mercado de inversiones. Hay que hacer algo. Un país no puede estar echando campañas al vuelo por los piropos de las calificadoras o de las organizaciones que manejan la canasta monetaria de los países. La calidad de vida de la gente es primordial y en eso estamos reprobados en toda medición hecha y por hacer. Mantener finanzas Sanas es muy bueno, pero la orientación del gasto no puede ser discrecional o a gusto del gobernante, ahí debe entrar la equidad y la justicia social. Las pensiones para adultos, discapacitados y ninis, las becas de educación básica deben complementarse con la salud y la educación, y lo más crucial e importante es la seguridad de las familias, tanto de su vida como de su patrimonio. Analice los pros y contras, y norme su criterio. Un país para progresar debe hacer un plan de trabajo muy sencillo: generar condiciones para que haya empleo, construir infraestructura que permita que los insumos y productos entren y salgan con rapidez, eso implica, desde caminos saca cosechas, carreteras, aeropuertos y vías férreas, construir hospitales y proveer medicinas, al igual que los programas sociales de ayuda a estudiantes, agricultores, emprendedores, personas con capacidades diferentes, y adultos mayores. Además de los servicios que todos demandamos de un gobierno, independientemente de su orden municipal, estatal y federal.