Al arribar al Gobierno el Presidente López Obrador encontró, un país con 60 millones de personas pobres y entre ellas, 8.5 millones en situación de pobreza extrema, de esos que no comen tres veces al día. Todo producto de pésimos gobiernos, corruptos que no propiciaron la generación de empleo y una mejor distribución de la riqueza. Ahora, casi cuatro años después, encontramos que ya hay 65 millones de personas pobres y entre ellos 10 millones en pobreza extrema. Se supone que “la esperanza de México” con los programas sociales aliviarían la pobreza, pero parece que la pandemia y su pésimo manejo que dejó medio millón de muertes, reconocidas, porque puede ser el doble, y ahora la guerra que ya lleva 6 meses en Ucrania, y con la inflación de más de 8.5%, han resultado más poderosas que los esfuerzos del presidente y su equipo, llevándolos al fracaso. El país crecerá apenas poco menos de 2 puntos y el balance del sexenio será negativo. Quedaremos como estábamos en 2015…