La pobreza sigue en aumento y ya supera la mitad de habitantes del país. Una vergüenza en el mundo para México. Urge cambiar la estrategia para recuperar la paz, y la seguridad, para que la gente pueda salir a buscarse el pan. Por supuesto ocuparse en generar las condiciones que generen el empleo. Cambiar la política de rijosos aparentes con nuestros socios del norte, para que México pueda exportar más. Es tiempo para tomarse el tiempo en serio, y definir, juntos, partidos y sociedad, cómo encontrar a la persona que encabece esta cruzada. Una persona que sea la más competitiva, preparada, con experiencia y que gane, no sólo con los votos de los afiliados o simpatizantes de los partidos de oposición, sino con el apoyo de la sociedad organizada. Revertir lo que hoy vivimos requiere de talento y experiencia; por ejemplo, la confrontación económica entre Estados Unidos y China, que ya redujo su comercio en un 15%, ha sido aprovechada por países diversos, y México la ha está dejando pasar o no la quiere ver. Estos últimos años, México se aisló, y urge actualizar el entorno, para visualizar oportunidades, incluso amenazas, para actuar e incorporarnos al contexto internacional. El turismo es observador y tiene miedo; esa industria baja cada día, con la inseguridad y pérdida de confianza, además de que, en este momento, no somos atractivos para las inversiones, y hay que revertirlo con urgencia, con la persona que conozca el contexto internacional para recuperar el tiempo perdido. Un México más justo, en paz e incluyente requiere que la sociedad aclare la necesidad de votar para lograrlo; sólo en 2018, 34 millones de personas en México no ejercieron su derecho. Hay que hacer conciencia del peligro y pensar: “¿A dónde podemos ir a dar” si no hacemos nada? Nuestra Nación es inmanejable e ingobernable y no podemos seguir así. Es momento de que los errores y acciones del mal gobierno que hoy y desde su inicio propician las circunstancias a favor, para crear y poner en marcha, con ese líder a la cabeza, el plan integral que nos asegure, al vencer en las urnas, un México parejo, próspero, incluyente y sustentable. Necesitamos esa persona sin que sea o represente lo opuesto a lo que tenemos, el péndulo no es la solución, lo que se necesita es un gobierno de centro izquierda, que propicie una economía de mercado, con distribución de la riqueza más justa, con mejores servicios de educación, salud y seguridad. Que se empeñe en reformar las instituciones con policías preparados y bien pagados; que se haga lo necesario para fortalecer la prevención del delito; y entender que los militares no están en su función y eso provoca el fracaso. Ellos deben volver a su lugar y ser el orgulloso escudo defensivo nacional. Debemos crear un centro de inteligencia en seguridad que evalúe todo el contexto del país y crear el cuerpo policial ideal. Hoy sufrimos y eso nos enseñó, por las malas, que: La frase de abrazos, no balazos, es una invitación al crimen porque deja claro que no hay consecuencias. Sabemos que la seguridad va ligada a la economía, y para ser exitosos como país tenemos que brindar esa seguridad y agregar la confianza. Es necesario ofrecer certeza a los jóvenes para incorporarlos a la producción formal. Hay que asimilar que: Por ahora, nadie puede decir que vamos bien, con 130 mil homicidios, más los miles de desaparecidos y, peor todavía, los hechos que vimos hace un par de semanas, son una muestra terrible y extraordinaria que califica al nivel de narco-terrorismo. Somos testigos de que en salud, hay 16 millones de personas que se quedaron sin servicios porque se canceló el Seguro Popular; vivimos juntos el deterioro de la educación con la pandemia y además amenazan con una reforma inverosímil que dejará fuera de prioridad el conocimiento. Por si fuera poco. El presidente reconoció que el Tren Maya terminará costando 20 mil mdd, 70% más de lo planeado. La refinería de Dos Bocas. también ha disparado su costo y está fuera de control y puede alcanzar 18 mil millones de dólares, duplicando, con creces, su precio original. Los críticos culpan del crecimiento negativo de México a la política del presidente, que no impulsó el gasto social durante la pandemia, incluso mejor decidió invertir miles de millones en sus mega obras. Entonces hay un ambiente depresivo, carente de espíritu y de orgullo de pertenencia. Los Mexicanos tenemos que recuperar la iniciativa y creatividad que nos ha distinguido en el mundo. Ser hijo de un expresidente es una ventaja, porque la edad que tenía, entonces, me permitió entender y aprender de lo que sucedía a mi alrededor. Enrique de la Madrid es licenciado en derecho (UNAM), Maestría en Administración Pública (Harvard). Dirigió el Banco Nacional de Comercio Exterior; también Financiera Rural. Presidió el Consejo Mexicano de la Industria de Productos de Consumo (ConMexico). Director de relaciones institucionales de HSBC. Fue Secretario de Turismo. Tiene 69 años y ganas de ser el candidato.