Desde hace días he venido afirmando que veo venir una ruptura en Morena, incluso he afirmado que es inevitable. La razón principal es la inclinación del Presidente hacia Claudia Sheinbaum, que representa a la izquierda extrema de todos los grupos reunidos en torno a López Obrador para formar el movimiento que lo llevó a la Presidencia. Otra razón es dejar fuera de las corcholatas a Ricardo Monreal, su mejor operador político. Primero no lo dejó ser Jefe de Gobierno, y lo mandó al senado, donde se consolidó como líder indiscutible. Prueba de ello es el triunfo de ayer en esa Cámara por la Presidencia. Jugaron 4 y al final dos declinaron a favor de Alejandro Armenta el candidato de Monreal. Ahora, no podrán, quitarlo del liderazgo del senado, porque ese era el siguiente paso de haberle ganado ayer, porque se hacerlo lo convertirían en una figura más fuerte y que cobraría relevancia mayor a la que ya tiene. Si el Presidente es tan agudo, como pienso, lo tendrá que dejar como líder de la bancada y tratar de hacer mella entre los senadores, ganándole de a uno a la vez. El enojo o molestia de perder con Monreal tendrán que tragárselo, so pena de hacerlo más fuerte…