- El peso mexicano fue uno de ellos
A pesar de la complicada situación económica y financiera que se vive en el mundo, algunas de las principales monedas latinoamericanas lograron apreciarse frente al dólar.
Una de las divisas que mejor se posicionó al cierre de agosto fue el sol peruano, el cual tuvo un crecimiento de 2,26% en comparación con el dólar, según la consultora Valora Analitik.
El peso mexicano es otra divisa que ha logrado sortear los altibajos de la economía mundial con una apreciación de entre el 0,9% y el 1,03% frente al dólar, cerrando agosto con un valor de 20,13 pesos por divisa.
Según datos de Valora Analitik, el peso chileno fue otra de las monedas que se apreció durante el octavo mes del año, aunque en una proporción menor con apenas 0,01% más, principalmente por la incertidumbre sobre la aprobación de la nueva Constitución.
Mercados en EE UU apuestan por depreciación del peso mexicano
A juzgar por las apuestas en el mercado, al peso mexicano le espera una turbulencia. Los datos más recientes de contratos a futuro denominados en pesos mexicanos en la bolsa mercantil de Chicago, la CME, apuntan a una depreciación de la moneda en relación al dólar en las próximas semanas.
De acuerdo a un cable del diario español El País, van 11 semanas consecutivas que aumentan las apuestas en contra del peso, hasta alcanzar el número más alto de contratos especulativos a la baja desde diciembre de 2021, asegura la analista Gabriela Siller, de Banco Base.
“La economía de Estados Unidos, cuando menos, se está desacelerando, si es que no llega a caer en recesión y con esto ya empezamos a ver cifras de las exportaciones mostrando una caída en julio. Además, las remesas se han desacelerado”, apunta Siller al teléfono desde Monterrey. “¿Todo esto que nos dice? Que seguramente el peso mexicano se va a depreciar”, dice Siller.
La economista y estratega de mercados espera que el peso mexicano, que el lunes cotizó cerca de los 20,00 pesos por cada dólar, se venda entre 20,30 y 20,50 pesos por dólar al cierre del año.
La moneda mexicana ha tenido una buena racha este verano. Se ha apreciado cerca del 5% desde que tocó el nivel de 20,94 pesos por dólar en julio. El impulso, asegura Siller, tiene que ver con una entrada de Inversión Extranjera Directa (IED), la cual fue muy fuerte debido a la nueva tendencia industrial global conocida como relocalización o nearshoring.
La cercanía de México con EE UU y las tensiones comerciales entre China y la potencia americana, ha generado incentivos para que empresas estadounidenses reubiquen sus fábricas fuera de Asia y opten por México.
Datos del Banco de México publicados el jueves muestran que durante el primer semestre del año, México recibió inversión extranjera neta de 17.425 millones de dólares (27.512 millones de entradas y 10.087 millones en salidas), lo que representa una caída de 13% anual.
Esto quiere decir que, a pesar de que el Banco de México ha subido las tasas de interés, preservando el atractivo de los activos mexicanos en mercados financieros globales, hay inversionistas que han optado por otros mercados emergentes. “No es suficiente con la alta tasa”, dice la especialista, ”tienen miedo de lo que vaya a suceder en México”.
“México tiene un potencial mucho más alto para atraer recursos por nearshoring de lo que estamos viendo”, dice Siller, lo cual también se incluye en la confianza que tienen los inversionistas en la moneda mexicana. La inseguridad, las políticas internas y hasta la incertidumbre generada por la disputa entre México y EE UU sobre el sector eléctrico, en el marco de su tratado de libre comercio (TMEC), están limitando la inversión al país, dice Siller.