Lituania se ha convertido en el primer país de la UE en expulsar a un embajador ruso por el ataque militar en curso de Moscú contra Ucrania. El ministro de Asuntos Exteriores Gabrielius Landsbergis dijo que el principal diplomático de Vilna en Moscú también sería retirado en los próximos días.
De acuerdo a un cable de la agencia prorrusa RT, Lituania ha decidido además cerrar el consulado ruso en la ciudad de Klaipeda.
Tanto Lituania como Letonia habían anunciado el lunes que planean rebajar sus relaciones diplomáticas con Moscú.
“En respuesta a las implacables acciones agresivas de Rusia en Ucrania, el gobierno lituano ha tomado la decisión de rebajar el estatus de representación diplomática”, dijo Landsbergis, hablando con periodistas. “El embajador ruso tendrá que abandonar Lituania”, añadió.
El principal diplomático del Estado báltico también reveló que Lituania había notificado la medida a sus aliados de la UE y la OTAN, pidiéndoles que “siguieran nuestro ejemplo“. Además, Landsbergis dijo que el embajador lituano en Ucrania regresaría a Kiev, lo que había dejado debido al deterioro de la situación de seguridad alrededor de la capital.
Además, según el funcionario, el gobierno lituano está considerando cerrar sus fronteras con Rusia y Bielorrusia.
Poco después del anuncio de Landsbergis, el Ministro de Asuntos Exteriores de Letonia, Edgars Rinkevics, tuiteó que Riga también rebajaría sus relaciones diplomáticas con Moscú, a la luz de los “crímenes cometidos por las fuerzas armadas rusas en Ucrania“. Añadió que “se anunciarán decisiones específicas una vez que se hayan completado los procedimientos internos“. Sin embargo, según los informes de los medios de comunicación, es probable que esto signifique que Letonia también expulsará al embajador ruso y retirará al suyo de Moscú.
La portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia, Maria Zakharova, ha respondido diciendo que “las medidas de represalia no tardarán mucho“.
Tras el inicio de la ofensiva militar de Rusia contra Ucrania el 24 de febrero, Moscú ha sido abofeteada con varias rondas de sanciones económicas mordaces impuestas por los Estados Unidos, Canadá, el Reino Unido, toda la UE, Japón, Australia y algunas otras naciones. Las medidas punitivas, entre otros objetivos, se dirigen a los activos del banco central ruso, a varios de los principales bancos comerciales del país, a industrias enteras, así como a empresarios individuales y altos funcionarios.
Sin embargo, los Estados bálticos y Polonia afirman que la Unión Europea no está haciendo lo suficiente y están pidiendo a sus aliados que intensifiquen la presión.
El sábado, Lituania anunció que dejaría de importar gas de Rusia “a partir de este mes“, su presidente, Gitanas Nauseda, tuiteando que su país estaba cortando “lazos energéticos con el agresor”.
A finales de marzo, el primer ministro polaco Mateusz Morawiecki también prometió dejar de comprar hidrocarburos rusos para finales de año.