No era el tiempo

Huele mal, no era el tiempo, pero la elegancia del karma!

La salida de Miguel Ángel Osorio Chong del liderazgo de la bancada del PRI en el Senado es una escisión interna, que deja al peñanietismo más solo y pretende ser ajena a los compromisos con AMLO.

Nueve senadores siguieron la instrucción de Alito para echar fuera a Osorio, pero cuatro están en la duda de seguir fieles al equipo o cambiar de bando. Esas palabras son el petate del muerto. El PRI ya no tiene nada y con esta vendetta cayó: todos ponen. 

El PRI se debilita aún más. Pero Alito tiene buen control en la cámara baja, así que aunque en la alta sólo sean nueve puede hacer tratos hasta con el diablo. Beltrones fue objeto de maltrato por Osorio en el sexenio anterior, y aunque le asiste la razón: a puñaladas iguales; llorar es cobardía.

Marko Cortes está confiado en la alianza, pero Alito en cualquier momento le da tres vueltas y ni se entera. Hay alarmas para todos y un partido de la alianza opositora más resquebrajado que nunca.

Lo único extraño es que Beatriz haya entrado al juego, pero ella juega con Beltrones. 

El karma y el plato frío.

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